La dieta en la prevención del cáncer

La reciente publicación de un informe de la IARC (Agencia de la OMS para la Investigación del Cáncer) sobre la “carcinogenicidad del consumo de carnes rojas y carne procesada”, está causando bastantes reacciones en el mundo sanitario y en el de los productores de alimentos, pero sobre todo es en el consumidor a quien se provoca una honda preocupación, con mensajes contradictorios y poco claros entre distintas autoridades nacionales y supranacionales. Sin embargo, de casi todo lo que se habla ahora, son cosas que más o menos ya se sabían, me explico:

Existen compuestos químicos que la propia IARC ha declarado como Cancerígenos que son integrantes o contaminantes de alimentos, como son las nitrosaminas presentes en algunas carnes procesadas, o los hidrocarburos policíclicos aromáticos, que se producen en el cocinado a alta temperatura (plancha, parrilla), o la acrilamida que aparece al cocinar sobre todo cereales; también son frecuentes en los alimentos, contaminantes como las micotoxinas, incluso minerales como el arsénico o el cadmio.

Además se sabe que las dietas ricas en grasas favorecen la presentación de distintos tipos de cáncer, incluso la obesidad es un factor de riesgo para algunos tumores como el de mama, esófago, colon, recto, riñón y útero.

(ver http://www.who.int/cancer/prevention/es/ )

Entonces ¿qué cambia con este nuevo informe del organismo de la OMS?.

Pues lo que hacen los científicos del IARC es confirmar la relación ya conocida entre el consumo excesivo de productos cárnicos con algunos tipos de cáncer, y algo muy importante, que cuantifica un nivel de riesgo, con un aumento del 18% para el caso del cáncer de colon en el supuesto de un consumo de más de 50 g diarios de derivados cárnicos, o un aumento del 17 % para un consumo diario superior a 100 g de carne roja.

Claro, que poner la carne, como cancerígeno al mismo nivel que el tabaco, o el asbesto, parece que asusta un poco, pero comparemos cifras: Según la propia OMS el riesgo de contraer cáncer de pulmón de un fumador es 30 veces superior al de un no fumador; El consumo de alcohol aumenta entre 10 y 18 veces el riesgo de cáncer de boca o esófago, dependiendo de la dosis ingerida y otros factores; El consumo de más de 100 g de carne roja por día aumenta en 1,17 veces el riesgo de cáncer de colon respecto a los que consumen menos de esa cantidad.

En el avance del informe de la IARC donde se califica a los derivados cárnicos como “cancerígenos del grupo 1”, comienza indicando las virtudes dietéticas de la carne (fuente de proteínas, hierro, cinc, vitaminas del grupo B, etc); Lo que hay que procurar, y en esto coinciden todas las autoridades sanitarias, es hacer un consumo responsable, de una cantidad no elevada, y a ser posible cumpliendo las características de nuestra idealizada pero cada vez menos seguida dieta mediterránea.

Javier Tejedor

Profesor de Alimentación

Universidad Internacional de la Rioja

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